Almendro

Almendro

Su nombre científico es Prunus dulcis, y es una especie que pertenece a la extensa familia de las rosáceas. Aunque no sabemos con exactitud el lugar de origen de esta especie, se dice que es originaría de Mesopotamia y zonas aledañas, lugares donde se conocen y cultivan los almendros desde hace siglos. Se estima que fueron los fenicios los encargados de distribuir la especie por toda Europa, especialmente de la Península Ibérica.

Como casi todas las especies de su género botánico Prunus, el almendro es ampliamente apreciado por sus frutos, y, en menor medida, por sus flores, ya que tiene un excelente valor ornamental. Sin embargo, a diferencia de otros de sus parientes, el uso de sus frutos no es como fruta fresca, sino como fruto seco por sus semillas, las almendras. Estas son ampliamente consumidas de diferentes formas por su agradable sabor y excelentes propiedades nutricionales. De hecho, posee mayores cantidades de proteína que la carne, así como aceites grasos beneficiosos y carbohidratos; es por todo esto que se las considera un súper alimento.

Ahora bien, a pesar de todos sus usos muy valiosos, las almendras amargas contienen gran cantidad de cianuro, por lo que eran ampliamente usadas como fuente de venenos en la antigüedad; siendo un mortífero veneno de rápida acción. No obstante, el cultivo selecto de almendros ha mitigado el riesgo de producir ejemplares venenosos.

Detalles del Almendro

Detalles del Almendro

Detalles del Almendro

 

Es un árbol caducifolio que presenta una corteza lisa verde o amarillenta en ejemplares jóvenes, pero que se vuelve marrón y agrietada al envejecer, cambiando frecuentemente la misma. El tamaño de los ejemplares ronda entre los 3 y los 5 metros siendo usualmente muy ramificado en su copa con un tronco solitario; algunas veces se le ve como un arbusto de grandes dimensiones. Las hojas se presentan de forma lanceoladas y alargadas, estrechas y puntiagudas; el largo de las mismas es de 7 a 13 centímetros.

Por otra parte, sus hermosas flores aparecen bien sea en grupos pequeños o solitarias. Su floración se da entre finales del invierno y la primavera. Por lo general, podemos apreciar las mismas antes de que aparezcan sus hojas, eso les da una peculiar apariencia que los hace ejemplares muy aptos para adornar jardines.

Las flores son ligeramente rosadas, blancas completamente o son blancas con el centro rojizo; en ocasiones se le ve con flores levemente salpicadas de rojo. Son pentámeras, es decir, tienen 5 pétalos y 5 sépalos de hasta 5 centímetros de diámetro. Tras ser polinizadas, producen unos frutos en forma de drupa. Estos tienen de 4 a 6 centímetros de largo siendo de color verde; sin embargo, al madurar se secan, perdiendo la “carnosidad”. Dentro poseen una única semilla que se conoce como almendra; y se sabe que los frutos en conjunto tardan hasta 6 meses en madurar desde la polinización.

Propagación del Almendro

Existen varias formas disponibles para propagar los almendros, la natural es mediante semillas; sin embargo, no es muy recomendable hacerlo en ejemplares domesticados a fin de evitar la variabilidad de individuos. Pero si queremos hacerla, solo basta con plantar las semillas en una maceta grande y abonada; germinará sin ningún problema.

El método más empleado hoy el día es el injerto, en el cual se emplean híbridos de otros de su género como portador; aunque también puede darse por estacas. En estos casos el éxito es mayor, aportando ejemplares de más rápido crecimiento.

Cuidados del Almendro

Cuidados del Almendro

Cuidados del Almendro

 

Si queremos asegurar que este árbol tan noble y apreciado nos brinde sus excelentes frutos hay que cumplir una serie de medidas de cuidado, a fin de aprovechar al máximo nuestro ejemplar plantado. Algunos son:

  • Requiere ser plantado a pleno sol. Así que, el terreno donde deseemos plantar el ejemplar, debe contar con el suficiente espacio, y estar lejos de construcciones u otras plantas grandes que puedan robarle la iluminación.
  • No es exigente en cuanto a riegos; por ende, nunca debemos regarlo mucho. Los ejemplares jóvenes pueden regarse cada 3 días, dependiendo de la humedad del suelo. Un almendro adulto solamente debe ser regado 1 vez a la semana, evitando los encharcamientos.
  • Tolera bien todo tipo de suelos, pero prefiere aquellos ligeros y bien drenados. Y le sentará bien un abonado frecuente, rico en materia orgánica.
  • Las podas se realizan cada cierto año, y se han de hacer para darle forma y mejorar el rendimiento del ejemplar.
  • El clima debe ser fresco y cálido en verano; no soporta las heladas.