Fatsia japonica

Fatsia japonica

La Fatsia japonica, también conocida como “Aralia”, es un arbusto de poco tamaño que se caracteriza por sus grandes y hermosas hojas. Es una planta fácil de cuidar, por lo que resulta ser un excelente ejemplar para aquellos jardineros principiantes que no tengan conocimientos previos acerca de las plantas de interiores.

Lo más resaltante de esta planta es su capacidad para subsistir tanto en espacios de interiores como de exteriores, por lo que su adaptabilidad tanto a las temperaturas y luminosidad, tienden a ser una característica sumamente resaltante de la planta. Además, su porte tan exótico le permite adornar cualquier lugar donde se le ubique, ya sea dentro de una casa, terraza, jardín, entre otros.

Detalles de la Fatsia japonica

Detalles de la Fatsia japonica

Detalles de la Fatsia japonica

 

La primera característica que podemos mencionar se trata de su porte arbustivo y tamaños variados, pues todo dependerá del lugar donde se ubique, ya que, en exteriores, suele alcanzar un tamaño de hasta 4 metros, mientras que su cultivo en maceta le reduce hasta apenas 1 metro. Por otra parte, esta planta originaria de Japón y China, se encuentra ramificada desde la base, presentando tallos gruesos de forma erguida.

Cuenta con grandes hojas, las cuales se encuentran sobre largos pecíolos. Asimismo, son perennes y poseen la peculiaridad de ser palmatilobuladas, es decir, presenta diversos lóbulos distribuidos como si se tratase de una mano. Tienen una cantidad de 5 a 9 lóbulos.

En cuanto a las flores, suelen aparecer en forma de paraguas; su color es blanco o crema, y su tamaño tiende a ser pequeño. Posteriormente de estas flores nacen los frutos, los cuales son presentados como una drupa, cuyo color tiende a ser azul oscuro. Por otra parte, es necesario mencionar que, tanto la floración como la fructificación, pueden darse únicamente en los exteriores, ya que, si se mantiene dentro de algún hogar o lugar cerrado, serán muy raras las ocasiones en las que apenas aparecerán las flores.

Cuidados de la Fatsia japonica

Cuidados de la Fatsia japonica

Cuidados de la Fatsia japonica

 

Se trata de una planta que se destaca por sus fáciles cuidados y excelente resistencia, incluso siendo recomendada para aquellos que no suelen tener tiempo para atender con moderación a sus plantas. Sin embargo, a pesar de tener un amplio límite ambiental, existen ambientes que podrían perjudicar la vida del ejemplar, por lo que es recomendable tomar en cuenta los siguientes cuidados:

  • Puede adaptarse a muchas temperaturas, teniendo como limitante a los calores extremos, y, a su vez, puede subsistir en fríos de hasta 10ºC; por lo que podemos percatar que su cultivo en interiores suele ser sumamente perfecto.
  • La iluminación juega un papel fundamental para el desarrollo de la planta, aunque su cultivo puede darse también en ambientes de sombra, pero siempre descartando los rayos solares directos. Por tal razón, se recomienda ubicar a la planta en una zona con acceso al sol, pero de forma tamizada.
  • En cuanto a los suelos, puede darse perfectamente en sustrato universal, pero este debe tener buen drenaje. Por otra parte, se puede optar por añadir abono para plantas verdes, y se debe aplicar apenas 1 o 2 veces al mes.
  • Puede aguantar muy bien los días sin riego; no obstante, tampoco debemos confiarnos de tal resistencia, por lo que se recomienda regar el sustrato al menos 2 veces por semana en la temporada de verano, y apenas 1 vez en invierno, tratando así de que el terreno se mantenga húmedo, pero sin producir encharcamientos.

Enfermedades y plagas de la Fatsia japonica

Existen abundantes plagas y enfermedades que tratarán de perjudicar la vida de la aralia, causando desde pequeños daños en su estructura, hasta una posible muerte de la planta. Algunos de estos factores problemáticos son:

  • Araña roja: Es muy popular por afectar muchísimas plantas de interiores, y suele aparecer cuando el ambiente es muy seco, causando desde pequeños puntos amarillos en las hojas, hasta la caída de las mismas. Para estos casos, se recomienda humedecer constantemente a la planta, o aplicar su respectivo plaguicida.
  • Cochinilla: Es una plaga capaz de producir abundantes manchas rojizas en las hojas, y también por ser el causante de la aparición del hongo negrilla. Lo más recomendable es aplicar alcohol metílico en las zonas dañadas, aunque también se puede optar por usar algún insecticida sistémico.
  • Pulgones: Se tratan de unos insectos que suelen atacar el envés de las hojas, produciendo manchas amarillas, deformaciones, enrollamientos y, sobre todo, sus respectivas picaduras; siendo lo más recomendable aplicar un plaguicida.
  • Pseudomonas: Es reconocida como una bacteria capaz de causar pudriciones en las diversas hojas de la aralia, y se recomienda rápidamente aplicar algún producto químico que pueda eliminar por completo dicha bacteria.
  • Alternarias: Son unos hongos capaces de producir manchas circulares de color amarillo en las hojas de la aralia. La solución más eficaz para este hongo radica en eliminar las hojas dañadas, evitar la acumulación de agua en las hojas y aplicar los respectivos fungicidas.