Lavanda

Lavanda

La planta que conocemos como Lavanda pertenece al género Lavandula, que está integrado especialmente por las especies Lavandula angustifolia y Lavandula latifolia, que son las más cultivadas por el ser humano. Esta planta nativa de la cuenca mediterránea, es sumamente apreciada como especie ornamental porque produce espigas florales muy llamativas por su color azul oscuro o morado.

No solo es una espectacular planta ornamental, ya que sus flores y sus semillas poseen una fragancia relajante muy característica. Estas propiedades han hecho a la lavanda una de las plantas más cultivadas por el ser humano en el hemisferio norte, en pro de cultivo industrial. Y, hoy en día, la fragancia de lavanda es muy empleada en exquisitos perfumes, aromatizantes, jabones y en productos de limpieza del hogar.

Detalles de la Lavanda

Detalles de la Lavanda

Detalles de la Lavanda

 

En principio, hay que mencionar que esta planta es perenne; es decir, que sus hojas no se caen al momento de llegar el invierno. El tamaño máximo de algunos ejemplares puede rondar los 1,5 metros; sin embargo, esto varía en función de la especie, ya que algunas no sobrepasan el metro e, incluso, otras son menores a 80 centímetros de longitud.

Los tallos tienen sección cuadrangular con muchas hojas en su parte inferior. Estas hojas son de color verde oliva o hasta verde claro y de forma lanceolada muy delgadas; a veces son elípticas y dentadas. Tienen pilosidades simples con glándulas en su superficie. Un dato importante, es que todas las partes de la planta, incluyendo los tallos, presentan una típica fragancia levemente mentolada.

Probablemente, el aspecto más reconocido de esta planta son las inflorescencias que produce, las cuales se agrupan como espigas teniendo las flores muy juntas. Las brácteas de las mismas son de color cobalto, azul oscuro o más típicamente morado en diversas tonalidades; y son la parte más vistosa de la planta. Las pequeñas flores también son coloreadas, pero algo más claras; miden unos pocos milímetros de longitud y son hermafroditas.

Tras ser polinizadas las flores por acción del viento, o más típicamente por insectos como las abejas, se producen los frutos. Estos son pequeñas drupas de color castaño y dentro guardan las semillas que, finalmente, se dispersan bien sea por acción del viento o por acción animal. Del mismo modo, podemos encontrar floreciendo las diversas especies de lavanda principalmente a principios del verano e incluso llegando al otoño.

Cuidados de la Lavanda

Cuidados de la Lavanda

Cuidados de la Lavanda

 

Antes de llevar a cabo el cultivo de la lavanda, se recomienda tener presente los siguientes aspectos:

  • Necesita muchísima luz para crecer, así como lugares abiertos; por esta razón, es una excelente planta de exteriores. Debe situarse lejos de cualquier indicio de sombra, así como de árboles o arbustos cercanos.
  • Prospera mejor en lugares cálidos o frescos, siempre que las temperaturas no varíen exageradamente. No resiste muy bien las heladas fuertes.
  • Prefiere los suelos secos y pedregosos. No es de extrañar que habite silvestremente el suroccidente de Europa, donde es muy común. Además, los suelos arenosos no son de su agrado.
  • En general, podemos decir que la lavanda es una planta muy rústica que requiere de pocos cuidados. Quizás se deba a que se considera una planta silvestre en muchos lugares, pues ni siquiera es exigente en cuanto a riegos.

Usos de la Lavanda

Ya destacamos su hermoso uso como ornamental, y no se discute las causas puesto que queda perfecta en cualquier jardín o terreno, siempre que se cumplan sus exigencias de sol. Sus flores son extremadamente llamativas, y también aromáticas, por lo que aporta un toque de color. Igualmente, es perfecta para adornar los hogares.

Por otra parte, el aceite esencial de la lavanda es especialmente usado industrialmente para la fabricación de jabones, productos de tocador, aromatizantes, artículos de limpieza, y como base para la elaboración de exquisitos perfumes. Según la medicina, se le atribuyen propiedades calmantes por lo que se emplea también en la aromaterapia.

Es tanto el cultivo industrial de la lavanda, que anualmente se plantan completos campos para este fin; destacando que a lo lejos se ven muy llamativos. Por si fuera poco, de las flores de la lavanda se extraen los pigmentos azulados, con los que se elaboran tintes y colorantes naturales.

Finalmente, tiene componentes activos que lo hacen una planta desinfectante y, de su extracto, pueden fabricarse lociones antibacteriales caseras que se emplean en cosméticos y cremas para las manos