Orquídea

Orquídea

Las plantas conocidas como “orquídeas”, son hermosas especies con flores muy complejas y diversas, pertenecientes a la familia botánica Orchidaceae u orquidáceas. Destacan principalmente por su gran diversidad, pues son de las especies de plantas más numerosas ya que existen más de 25.000 ejemplares, ¿Impresionante no?

La orquídea también tiene una amplia simbología, especialmente representan la belleza exótica tropical, la delicadeza y el fino amor. De igual manera, algunas orquídeas hacen parte de los símbolos naturales de ciertos países. Por ejemplo, la Cattleya mossiae es la flor nacional de Venezuela y la Cattleya trianae es la flor nacional de Colombia.

Además, cuenta con más de 60.000 híbridos entre las mismas, así como cultivares. Y, hoy en día, son una de las plantas más importantes para el ser humano porque su cultivo como ornamental las hace muy demandadas en los viveros.

Detalles de la Orquídea

Detalles de la Orquídea

Detalles de la Orquídea

 

Quizás su característica más llamativa son las hermosas y vistosas flores que producen la mayoría de sus especies. Sin embargo, no todas las especies producen flores vistosas, algunas apenas y generan inflorescencias apreciables de unos pocos milímetros, mientras que otras producen grandes flores de hasta 20 centímetros como las flores de mayo u Cattleya. Incluso, hemos encontrado especies con flores realmente inmensas de hasta 76 centímetros de largo.

Muchas son fácilmente conocidas por ser epífitas, es decir, son plantas que crecen sobre otras mayores, pero que no la parasitan ni afectan negativamente a la misma. Asimismo, algunas presentan fuertes simbiosis con multitud de especies de hongos y hasta con otras plantas; por ende, se les considera especies vitales de las zonas tropicales donde habitan.

Curiosamente, algunas pocas especies de orquídeas son plantas fascinantes puesto que no tienen clorofila en sus células. Por tal razón, no realizan fotosíntesis como casi todas las plantas. En cambio, parasitan hongos para absorber los nutrientes de sus sistemas de transporte; de esta forma consiguen subsistir. A estas plantas se les conoce como micoheterótrofas. En contraparte, otras si pueden hacer fotosíntesis, pero igualmente toman nutrientes de los hongos de esa manera.

Sorprendentemente, a la mayoría de las orquídeas epifitas se les llama ocasionalmente “eternas”, puesto que pueden seguir multiplicándose mientras la planta en la que crezcan viva. De hecho, se tienen constancia de orquídeas extraídas desde hace siglos que hoy en día siguen floreciendo; por lo que su longevidad es realmente increíble.

Por otro lado, las especies terrestres presentan usualmente rizomas, que son tallos subterráneos. En cambio, las epífitas poseen engrosamiento del tallo en forma de pseudobulbos, que les sirve para almacenar agua y nutrientes. Además, existen dos tipos de crecimiento simpodial: cuando la especie genera múltiples tallos, y monopodial, que es cuando producen un único tallo.

Propagación de la Orquídea

Las orquídeas tienen en común, indiferentemente de su ecología, su propagación. Esta puede darse por dos formas, bien sea por semillas que se encuentran en los frutos, o por medio de división de sus raíces, rizomas o tallos.

Ambos métodos se ven en la naturaleza, siendo las semillas su método para propagarse largas distancia. De hecho, un solo fruto de orquídea puede producir miles de semillas capaces de generar cientos de plantas; sin embargo, para que puedan germinar, las semillas requieren de la simbiosis de hongos y obtener nutrientes, de otra forma no serán viables. Además, en sus primeras fases de vida, tienen un crecimiento muy lento; se estima que una orquídea típica epífita puede tardar 10 años en crecer.

Ahora bien, el método para que sus semillas germinen, consiste en dispersarlas en las raíces de un ejemplar adulto. De esa manera lograrán prosperar gracias a la simbiosis de los hongos que ya poseen las raíces del ejemplar mayor. Este método de propagación suele ser poco usado a nivel doméstico y es más empleado en viveros. En cambio, propagarla por división es mucho más fácil bastando con separar los pseudobulbos o dividir los tallos. Este método asegura ejemplares clones con iguales características y es más rápido; por ende, es la técnica más común para propagarlas.

En general, podemos destacar que su propagación puede ser compleja. Es por eso que muchos prefieren adquirir ejemplares bien desarrollados antes que propagarla ellos mismos; a fin de evitar cometer errores fatales que asegurarían la pérdida del cultivo.

Cuidados de la Orquídea

Cuidados de la orquídea

Cuidados de la orquídea

 

Como todas las plantas, las orquidáceas requieren de cuidados específicos para su correcto desarrollo. Sin embargo, en la mayoría de los casos los cuidados dependen usualmente del tipo de medio donde habiten. En el caso de las orquídeas terrestres, se recomienda:

  • Emplear abonos orgánicos al momento de su plantado.
  • Situarla en un lugar con sol moderado, pero que no tenga sombra excesiva, dejando separaciones de al menos 30 centímetros entre ejemplares.
  • El riego debe ser abundante pero no constante, esto quiere decir que se debe regar hasta que observemos que la tierra esté completamente húmeda, sin encharcar. Corresponde regarlas en climas cálidos al menos 1 vez por semana, todo dependiendo del estado de la tierra, pues en condiciones húmedas rara vez requieren de riego.

 

En cambio, si decidimos adquirir orquídeas epífitas, tenemos que tener en cuenta los siguientes puntos:

  • El sustrato varía dependiendo de la especie, en algunos casos la perlilla o el sustrato de arcilla irán bien, mientras que en otros requieren de sustrato de madera o un tronco para crecer.
  • La humedad es indispensable, pero no debe ser exagerada. El riego debe hacerse de manera semanal, y, si se tiene en macetas, es recomendable humedecer las raíces o colocar un plato con agua bajo la maceta hasta que la planta absorba los nutrientes y luego retirar.
  • En general, el abonado debe hacerse cada mes, empleándose abonos líquidos que deben diluirse en el agua empleada para riego.
  • La iluminación debe ser moderada, debido a que no es recomendable el sol directo.
  • La temperatura es muy importante ya que debe rondar los 25 °C y nunca bajar de los 15°C; la mayoría de las especies mueren en temperaturas bajas.