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Pistacia lentiscus

Pistacia lentiscus

 

También conocido como lentisco, charneca, almáciga (castellano), mata, llentiscle, lentisc (catalán), legeltxor, legeltxorra (euskera), almecegueira, arceira y lentisco (gallego). Es una planta de la familia de las anacardiáceas, conocida desde la antigüedad como ornamental y que está emparentada con el pistachero común.

Conoce al pistacia lentiscus

Es un arbolillo muy ramoso, a veces un arbusto grande, que tiene una copa irregular. No proyecta una sombra abundante, aspecto que se debe de considerar si se quiere un árbol de sombra. Sin embargo, es una excelente planta cultivada como ornamental por su porte elegante, vistosas flores y frutos, y por sus relativos fáciles cuidados que le permiten ser una planta adecuada para el clima mediterráneo.

Detalles del pistacia lentiscus

Suele encontrársele como un árbol pequeño con un tamaño estimado en 5 metros; aunque puede llegar a crecer hasta los 8 metros de altura. Presenta una gran cantidad de ramas con corteza verdosa o rojiza al ser jóvenes, pero que al madurar se vuelve grisácea.

Tiene hojas coriáceas, alternas y perennes. Aparte son lampiñas y compuestas por 2 a 7 pares de parapinnos; teniendo un tamaño de hasta 50 x 24 milímetros. Sus hojas poseen un color verde oliva o claro, a veces puede apreciarse tonos grisáceos en su superficie. Las inflorescencias, por su parte, crecen en grupos o racimos; son pequeñas y muy vistosas; con unos 2 a 5 centímetros de tamaño total y se presentan en colores verdosos o rojos.

Se caracteriza principalmente por ser una especie dioica como otros de su género, por lo que las flores masculinas y femeninas están separadas entre árboles. Tras la polinización los ejemplares femeninos, producen los frutos, que son verdes y algo alargados. Botánicamente, es una drupa que tiene un largo de hasta 5 milímetros. Al principio estos frutos son verdes, pero al madurar se vuelven rojos y finalmente negros. Dentro tienen una sola semilla, y, a diferencia de su pariente el pistachero, sus frutos no son comestibles, pero sí que lo son para multitud de especies de aves que se encargan a su vez de dispersar las semillas en su medio natural. Cabe destacar que, florece de febrero a mayo.

Sobre su ecología

Es común apreciarlo en zonas de matorrales y encinares, formando bosques o arboledas bien sea de su misma especie o en compañía de robles, acebuches, coscojas o similares especies de hojas caducas o perennes. Todo ello siempre que tengan una ecología parecida y que no existan heladas muy fuertes, ya que le perjudican en exceso, prefiriendo los inviernos suaves para prosperar adecuadamente.

El lentisco se propaga vía semillas, que es a su vez, su medio natural de propagación, generando una amplia gama de ejemplares con características diferentes en base al ejemplar madre. En general, su plantación por este método no requiere de especiales cuidados, pero se ha de considerar que el porcentaje de germinación es variable. También se le puede propagar vía esquejes o estacas; sin embargo, es un método laborioso y poco usado en esta especie por la gran cantidad de cuidados que requiere. Es importante mencionar que, es fácil que escape de los cultivos para volverse silvestre.

Situación geológica del lentisco

Situación geológica del lentisco

Situación geológica del lentisco

 

Es una especie indiferente al tipo de suelo, creciendo usualmente en la totalidad de los mismos, siempre que estén en un rango de altitud comprendido entre el nivel del mar y los 1100 metros aproximadamente. Se destaca que esta especie es nativa de prácticamente la totalidad de la zona mediterránea y en las islas Canarias. En la Península Ibérica, es muy común en las mitades este y sur, donde puede encontrársele naturalizado.

Datos curiosos del lentisco

Se le cultiva ampliamente como ornamental por su hermoso porte controlado, gran resistencia, flores y frutos vistosos, así como por su resistencia a la poda, lo que la hace ideal para usarla como especie de seto vivo. También es posible usarlo de patrón de injerto para su primo el pistachero común, del que se aprovechan sus frutos; esto se debe a que el lentisco posee un mejor aprovechamiento de recursos y rusticidad que el pistachero. Curiosamente, el árbol resultante suele ser de medidas más pequeñas lo que facilita su control en plantaciones.

Antes de finalizar, resulta bastante curioso que de su sabia resinosa se fabricaba, desde la antigüedad, una especie de chicle, que era conocido incluso en tiempos de los faraones egipcios; así mismo, esta resina se empleaba en enjuagues y medicinas bucales, así como para aromatizar el agua.

 

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