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Prunus mahaleb

Prunus mahaleb

 

También conocido como cerezo de Santa Lucía (castellano), cirerer de guineu (catalán), oilarana (euskera) y pau de San Guirgoriño (gallego). Es una planta que suele encontrarse como silvestre, muy apreciada por el ser humano como ornamental y por su delicada fragancia.

Conoce al prunus mahaleb

El cerezo de Santa Lucía es una planta de la familia de las Rosáceas, que crece silvestre en lugares con clima mediterráneo. Fue conocido por los árabes desde hace siglos, y es ampliamente empleado por el ser humano por su multitud de propiedades, principalmente, por su delicada fragancia y sus hermosas inflorescencias que le otorgan el título de una planta ornamental propiamente dicha.

Detalles del prunus mahaleb

Tiene el porte de un arbusto grande a un árbol pequeño, alcanza un máximo de 10 metros de altura, posee un tronco de apariencia grisácea, con una madera de color rosado y muy aromática, apreciada por sus cultivadores. Sus hojas son del tipo caducifolias, simples, alternas y de hasta 5 centímetros de largo, con apariencia algo ovaladas y margen ligeramente aserrado. Son de un color verde lustroso, y por el envés algo más pálidas; su follaje suele ser normalmente amplio, lo que suele aportar de una sombra apreciable en tiempos de calor.

Sus flores aparecen en vistosos racimos, lo que le otorga una apariencia muy hermosa, son de un color blanco, y altamente fragantes, estas atraen a multitud de agentes polinizadores como abejas o abejorros; posteriormente, de las flores nacen los frutos, poco vistosos, de color rojo y muy pequeños, con un diámetro máximo de 1 centímetros. Estos frutos son parecidos a las cerezas, aunque de menor tamaño, y tampoco son comestibles por su alto sabor amargo, no obstante, son un vital alimento para una multitud de fauna, en especial de aves.

Cabe resaltar que, puede confundirse en ocasiones con el espino cerval, ya que ambas plantas son muy similares, sin embargo, en épocas de floración es fácil diferenciar este cerezo del espino, por sus vistosas flores, además, los frutos del espino presentan varios huesos, en contraste con el cerezo que solo posee uno.

Sobre su ecología

Al ser una planta que crece silvestre en multitud de ambientes, se le considera bastante robusta. Es común verla en zonas soleadas y en formaciones no muy secas; no suele formas bosques, prefiere más bien acompañar a otras especies de árboles similares, y suele verse en claros con su típico porte arbustivo.

Puede aguantar amplios tiempos de frío, soportando intensas heladas, razón principal por la que se usa como patrón de porta injerto de otras especies frutales parecidos.

Su propagación es mediante sus semillas, estas son dispersadas naturalmente por la acción de la fauna. También puede plantarse por estacas, injertos y acodos, no obstante, a nivel doméstico se prefiere en esta especie la plantación mediante semillas, porque es más empleada como patrón de injerto de muchas otras. Por otra parte, su robustez amplia, resistencia a la sequía y al frío, le otorgan una vitalidad amplia en multitud de zonas.

Situación geológica del cerezo de Santa Lucía

Situación geológica del cerezo de Santa Lucía

Situación geológica del cerezo de Santa Lucía

 

Esta especie es nativa de toda la cuenca mediterránea, encontrándose en Europa, oeste de Asia y en el norte de África. Es ampliamente cultivado en países de lengua árabe, especialmente en Siria; en la Península Ibérica, es posible encontrarlo en las zonas del norte y en algunas del sur del sistema Bético y Penibético.

Suele presentar amplia robustez, e indiferencia a los sustratos donde es encontrado, pudiendo crecer con suelos pedregosos, aunque los prefiere con algo de humedad. Crece en altitudes desde los 100 a los 2000 metros sobre el nivel del mar.

Datos curiosos del cerezo de Santa Lucía

Se cultiva ampliamente como una planta ornamental por sus vistosas flores y fragancia, también es común su uso como patrón de porta injerto en multitud de especies de frutales, esto es por su amplia resistencia a la sequía y al frio.

Igualmente, la fragancia de su follaje se extrae para elaborar perfumes, mientras que sus hojas se usan para aromatizar licores. Respecto a su madera, es algo dura, de color rosado y usada en trabajos de ebanistería, también suelen elaborarse pipas para fumadores con ella.

Finalmente, fue ampliamente conocida por los árabes, de allí deriva la palabra “mahaleb”, usada en su nombre científico, y actualmente, en multitud de zonas árabes es cultivado como ornamental, especialmente en Siria.

 

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