Spathiphyllum wallisii

Spathiphyllum wallisii

El Spathiphyllum wallisii, también llamado “Espatifilo”, es una planta de interiores caracterizada por su excelente resistencias y porte sumamente elegante, pues presenta unas hojas muy llamativas y hermosas flores que, a su vez, suelen ser aromáticas. Tiene su origen en las selvas amazónicas de Sudamérica, precisamente en Colombia y Venezuela, por lo que se trata de una planta exigente de humedad, pero con unos cuidados relativamente fáciles.

Por su hermoso porte, es un ejemplar perfecto para adornar muchísimos espacios de interiores, pues sus brillantes colores suelen encajar en muchísimos lugares, ya sea como un centro de mesa, en la esquina de un hogar, entre otros lugares.

Características del Spathiphyllum wallisii

Características del Spathiphyllum wallisii

Características del Spathiphyllum wallisii

 

El espatifilo se presenta como una planta pequeña, de elegante porte y abundante follaje, la cual se cultiva exclusivamente en interiores para mantenerse en una maceta. Tiende a lograr una altura aproximada de 50 centímetros, compuesta de abundantes tallos hacia afuera, y, en la cima de su estructura, se pueden apreciar las inflorescencias.

Su follaje cuenta con unas hermosas hojas perennes, las cuales tienen forma lanceolada, bordes ondulados y nervios marcados. Se presentan de color verde intenso muy brillante, y se sostiene sobre largos pecíolos que se encuentran arqueados hacia el exterior.

El punto más resaltante de la planta son sus inflorescencias, las cuales se presentan como unas peculiares flores pequeñas de color crema o blanca. Dichas flores se encuentran en forma de espádice, y las envuelve una hermosa bráctea blanca, o mejor conocida como espata, teniendo como resultando una simple pero elegante flor aromática que cautiva con su diseño y durabilidad en la planta.

Cuidados del Spathiphyllum wallisii

Cuidados del Spathiphyllum wallisii

Cuidados del Spathiphyllum wallisii

 

Cuando cultivamos un ejemplar de espatifilo, podremos percatar que sus cuidados son relativamente sencillos, y mediante ello, podremos tener una planta saludable durante un tiempo de muchos años. Por otra parte, es necesario conocer los tipos de cuidado que necesita la planta, ya que algún error podría causar disminuir la vida del ejemplar. Algunos de estos cuidados son:

  • Se debe tomar en cuenta que es una planta que se cultiva únicamente en interiores, es decir, no podremos cultivarle en un jardín porque su longevidad se reduciría drásticamente.
  • La iluminación no juega un papel obligatorio en la vida de la planta, es decir, puede excluirse, pero a costo de la falta de inflorescencias, ya que para el nacimiento de ellas es necesario de una buena iluminación, pero descartando los rayos solares de forma directa.
  • El sustrato necesario que tendrá la maceta debe ser tener una mezcla de turba y, a su vez, disponer de buen drenaje. Asimismo, podemos aplicar abono para plantas verdes, y así fortalecer aún más la belleza de la planta.
  • La temperatura de la zona debe ser cálida y mantenerse alrededor de los 20ºC, ya que no suele tolerar los fríos ni las heladas; así que debemos tener como límite inferior los 15ºC.
  • Es una planta que necesita de buena humedad, y lo más sencillo, pero a la vez beneficioso, sería pulverizar las hojas con agua tibia, descartando así mismo las flores.
  • En cuanto al riego, lo más recomendable es utilizar agua sin cal, y la frecuencia debe ser de 2 veces por semana en verano, y se disminuirá el resto del año.
  • Cada 2 o 3 años se deberá realizar un trasplante del ejemplar a una maceta de al menos 4 centímetros más de amplitud y profundidad.

Problemas frecuentes del Spathiphyllum wallisii

La mayoría de los problemas ocurridos en esta especie radica en malas condiciones ambientales, ya sea por falta de iluminación o mal control de la humedad. Algunos de estos problemas son:

  • Hojas marchitas o decaídas: Esto se debe a la falta de agua, pues resulta ser una característica en común que suelen presenciar las plantas de interiores; lo mejor sería añadir suficiente agua sin cal en el sustrato, pulverizar las hojas, y luego se deja reposar el ejemplar.
  • La planta no florece: Es una clara consecuencia de la falta de nutrientes y por una mala ubicación, es decir, falta de iluminación; por lo que se recomienda reubicar la planta y añadir algún fertilizante que ayude a la formación de las flores.
  • Los bordes de las hojas se secan: A veces por querer acelerar el desarrollo de la planta, abusamos del uso de fertilizantes, y esto conlleva a que las hojas sufran quemaduras, así que se debe cambiar por completo el sustrato y seguir con sus cuidados.
  • Perdida de color: Es una planta que necesita estar en interiores, y cuando la ubicamos en algún lugar con acceso al sol, puede sufrir una perdida drástica del color en su estructura. Además, si no se hace algo al respecto, la planta terminará siendo quemada; por lo que es recomendable reubicarla a alguna zona lejos de las ventanas y puertas.