Árbol del tilo

El árbol de tilo pertenece a la familia de las malváceas, muy usadas desde hace siglos para la elaboración de insumos y preparados medicinales y más recientemente como especie decorativa en espacios públicos, jardines y avenidas.

Originario del hemisferio norte, el árbol de tilo se encuentra naturalmente en zonas de clima templado como Asia, Europa y el este de Norteamérica, aunque hoy su cultivo se realiza en todo el mundo.

Esto se debe a que es un árbol de buen aspecto, que puede alcanzar hasta 40 metros de altura, con un tronco recto y grueso de color oscuro y una corteza con aspecto agrietado. Su copa adquiere una forma ovoide y muy densa de hasta 12 metros de diámetro.

Durante la época de floración el árbol de tilo se recubre con unas flores blancas o amarillas, que desprenden un olor muy agradable. Se sabe que estos árboles pueden vivir hasta 900 años.

La especie más usada por el ser humano para fines medicinales es la Tilia europaea, que es un híbrido de las variedades Tilia cordata y la Tilia platyphyllos, también conocida como tilo común.

Detalles del árbol de Tilo

Detalles del árbol de Tilo

 

La hoja del tilo es verde y de tipo caducifolio, con un borde caracterizado por dientes pequeños y continuos. Presenta una forma semiovalada y rayas blancas en el inicio del nervio.

Por su parte, las flores del tilo tienen cinco pétalos y cinco sépalos, con una bráctea larga que nace en el centro. Su color puede variar entre blanca y amarilla y suelen aparecer entre los meses de junio a agosto.

Las flores del tilo desprenden un aroma muy intenso y agradable. Se agrupan en racimos de unos ocho a diez centímetros de diámetro y se caracterizan por ser hermafroditas, lo que facilita su autopolinización.

Su fruto se asemeja a una nuez, de menos de 1 centímetro de longitud y forma ovalada. La semilla del tilo se encuentra en el interior de esta nuez.

Cuidados del árbol de Tilo

Cuidados del árbol de Tilo

Cuidados del árbol de Tilo

 

El árbol de tilo tiene gran resistencia a la contaminación del aire y suelo y requiere pocos cuidados una vez que llega a su etapa adulta. Sin embargo, se deben tener en cuenta varios factores para que este árbol crezca a su máximo potencial.

  • Tiene una muy buena capacidad para adaptarse a todo tipo de suelos, pero se desarrolla mejor en suelos húmedos y con sustrato rico en nutrientes.
  • Cuando se usa como elemento decorativo en paisajismo urbano se debe podar con cierta regularidad para mantener la forma de su copa y controlar su altura, pues tiende a crecer hasta 40 metros y su copa puede llegar a tener más de 12 metros de diámetro.
  • Ya sea como fuente de sombra en viviendas o áreas públicas, se debe evitar sembrar el árbol de tilo muy cerca de otros grupos de plantas, pues sus raíces crecen muy cerca de la superficie y puede afectar el desarrollo de las mismas o incluso levantar el suelo y algunas estructuras de las viviendas.
  • Es recomendable sembrar la planta donde reciba sol todo el día y con una distancia de al menos 34 metros de cualquier otro árbol de gran tamaño y a 10 metros de distancia de cualquier construcción.
  • No se debe sembrar en zonas que tengan más de 30 grados Celsius en verano o menos de -15 ºC en invierno.
  • Requiere ser regada unas 3 veces semanales durante verano, pero sin llegar al exceso para evitar la pudredumbre de sus raíces. El resto del año puede regarse una o dos veces semanales.
  • En su fase de crecimiento se debe abonar la tierra en primavera y verano, preferiblemente con abonos orgánicos como el guano o estiércol de caballo.

Problemas frecuentes del árbol de Tilo

Una vez que brota la plántula, a los 3 o 4 meses de haber sido plantada la semilla, se debe cuidar que no sufra infecciones de plagas como hongos e insectos.

El árbol de tilo es muy vulnerable al hongo conocido como roya, que afecta su tallo y hojas provocando su decoloración y muerte prematura. La roya forma colonias en forma de pequeños puntos negros o marrones. Puede combatirse con Oxicarboxina.

También son vulnerables a la acción del gusano de la madera, o taladro, que se alimenta desde el interior del tronco y ramas, cavando galerías y destruyendo al árbol desde adentro. Se combaten con insecticidas a base de bifentrin, deltametrin y fenvalerato.